martes, 12 de enero de 2010

martes, 29 de diciembre de 2009

Conducción y destino




Existe una raza de temibles seres, ellos manejan nuestro tiempo, dependemos de sus ganas y humor diario (que en la mayoría de las ocasiones deja bastante que desear) si queremos allegarnos hasta algun lugar. Así estemos donde debamos, a veces somos víctimas del indignante comportamiento de un conductor de colectivo...quién no fue alguna vez ignorado en una parada por ese que debía detenerse? Ese que no tenía otra cosa mas importante que hacer que frenar (al menos eso se supone!). A veces también podría pasar que el colectivero se detenga, no en el lugar exacto donde esta indicado, sino unos considerables metros adelante, opción que, de todos modos no nos permitiría llegar a destino porque estaríamos ocupados en increpar con vehemencia al que osó dejarnos como dueños indiscutidos de la ridiculez, inmóviles junto a un poste, con el brazo estirado en toda su extensión.
Pero la cuestión es otra. Lo racional es preguntarse por qué el camisceleste decide hacer lo contrario de la tarea que se le delega. Lo racional para nosotros.
Lo racional para otros, para los que difícilmente usan transporte público porque tienen alguna que otra 4x4, es que Cristina, de forma sobrenatural o como sea pueda estar en todos y en cada uno de los colectivos controlando a quienes los manejan para que la sociedad no sufra lo que científicamente he decidido llamar “plantón en parada” .
No se puede pedir a una persona que haga lo que deberían hacer miles. Cristina no está para ocuparse de esos conductores. Ella se encarga de la verdadera conducción.

Gato Lisa

domingo, 27 de diciembre de 2009

La notte

Yo estuve esa noche en la plaza. Noche que definió la consagración o la caída al vacío, según el punto de vista. Yo estuve la noche en que un ex presidente decidió mostrar el camino de la militancia a un grupo de entusiastas, a todo un país y al mundo, por qué no.
Hacía un frío terrible ese domingo, pero eran días de furia, días de lucha por la 125 y había que salir. Sin ser muchos y amuchados, en clima expectante, algo tenía que pasar, una señal, una imagen, algo. Algo que le diera sentido a soportar ese frío antipático. Y llegó nomás la confirmación, ahí teníamos que estar, llegó el líder político para dar la vuelta a la plaza. Hubo corridas y gritos de euforia como si hubiera llegado un rockstar, y bueno…Néstor tuvo ese gesto tan enérgico, tan contundente, y para mí, gesto de tan objetiva hidalguía, que al otro día me sorprendieron las críticas generales tratándolo de loco enfermo. Lo que quiero decir, es que a pesar de los medios en contra, ese momento me pareció tan rotundo, profundo y religioso que no entendí el ataque.
La bisagra funcionó para los dos lados.

Gato amarilla

jueves, 17 de diciembre de 2009

Cómo comprar carne siendo una mujer joven y no sentirse un pedazo de la misma

Mis tiernos años de bifecito de chorizo, de lomito marinado o, por lo menos, de peceto tonificado, han dejado en mí, una especie de fobia y pavor a las carnicerías; más que nada , siento pudor ante esos excitados seres que son los carniceros. Aún hoy, siendo ya un hueso duro de roer, casi un osobuco, al enfrentarme al mostrador carniceril, estoy desnuda ante la carne, como Isabel Sarli, pero sin tetas grandes.

Yo creo que estos tipos se ven afectados con tanto contacto cárnico, tanto, que tienen una paja cerebral lubricada con sangre, la masa encefálica mutó a picada común (nunca especial) y sólo ven carnes desnudas deambulando por doquier. Así que, como anécdota basta con dos: dulce borrega entra a carnicería del barrio, le han dicho que el mejor corte para milanesas es la nalga, oh mierda, ¿me da un kilo de nalga?, joven y pelotudo carnicero empuña cuchillo cual pene metálico, con la mano libre arroja un pedazo de vaca muerta sobre el mármol y ahí vamos, comienza a cortar de manera lasciva sin dejar de pronunciar, casi susurrando, “nalga, naaalga, naaalga”, “nalga naaalga naaalga”, “nalga nalga nalga”, parecía entrar en éxtasis mientras fileteaba. La niña instintivamente encorva su cuerpo, frunce los cachetes tratando que desaparezcan…ay, tengo el culo muy grande, por eso dice así, es horrible mi culo y se está burlando!? O es hermoso y se está excitando? Eh? Nunca más compro nalga. Ni chorizos. Pero ésta es la mejor carne para milanesas, qué cagada, aunque también escuché que sirven bola de lomo o cuadrada, pero si digo bola…mm, entonces cuadrada nomás. ¿Tanto se me nota el culo con estos pantalones? ¡por favor que termine este momento!

Basta, debo decir que encontré una solución para este injusto trato comercial, para que ningún hijo de puta carnicero te intimide, comprá las carnes empaquetadas de los grandes supermercados. Sí, sé que es un desastre lo que sugiero, y que va contra los consejos de mi amada Narda, pero se trata de paliar momentáneamente problemas de comunicación en la gran ciudad, problemas de convivencia. También sé que fomento el capitalismo salvaje, y encima digo capitalismo salvaje, pero por lo menos Moreno hizo un acuerdo de precios con esos forros y aparte yo no soy ejemplo de nada che. Ni mucho menos.

Gato tailandesa

El deshielo a seguir

Para ser sincera, mis saberes sobre la historia son insuficientes, no recuerdo datos precisos y si asi lo hiciera la posible ubicación cronológica que daría a los mismos sería nefasta.
Pese a esto me animo a pensar en el peronismo y la primera imagen (y única quizas) que sobreviene a mi cabeza es: un hombre, Perón en este caso, y una horda de gente aclamando.
Ahora bien, esta imagen también se me presentó cuando asistí a las plazas de Néstor tanto como de Cristina. Fue así como creí todo simplificado y me dije: soy peronista porque soy kirchnerista o viceversa. Pero resulta que no, que según algunos, existe un verdadero peronismo con el cual los k nada tienen que ver. Y hay otros que dicen que peronistas son todos sin excepción…El caos cerebral que estas ideas me producen es una injusticia.
Me conformo entonces pensando que el peronismo es un glaciar petrificado y el kirchnerismo, uno de sus deshielos al que decido acompañar y que, como viene demostrando va a seguir su cauce, arrasando si es necesario con formaciones arcaicas que aparezcan en el camino.

Gato lisa