domingo, 27 de diciembre de 2009

La notte

Yo estuve esa noche en la plaza. Noche que definió la consagración o la caída al vacío, según el punto de vista. Yo estuve la noche en que un ex presidente decidió mostrar el camino de la militancia a un grupo de entusiastas, a todo un país y al mundo, por qué no.
Hacía un frío terrible ese domingo, pero eran días de furia, días de lucha por la 125 y había que salir. Sin ser muchos y amuchados, en clima expectante, algo tenía que pasar, una señal, una imagen, algo. Algo que le diera sentido a soportar ese frío antipático. Y llegó nomás la confirmación, ahí teníamos que estar, llegó el líder político para dar la vuelta a la plaza. Hubo corridas y gritos de euforia como si hubiera llegado un rockstar, y bueno…Néstor tuvo ese gesto tan enérgico, tan contundente, y para mí, gesto de tan objetiva hidalguía, que al otro día me sorprendieron las críticas generales tratándolo de loco enfermo. Lo que quiero decir, es que a pesar de los medios en contra, ese momento me pareció tan rotundo, profundo y religioso que no entendí el ataque.
La bisagra funcionó para los dos lados.

Gato amarilla

2 comentarios:

  1. Si algo amo de este gobierno es lo que yo llamo "la lógica infantil". Me encanta el pataleo, el capricho y el encierro en "la habitación", pero también me fascina el profundo amor de niño que nos profesa a nosotros, que lo amamos. Abrazos gatunos per tutti.

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  2. Ay, de vierde, es perfecta la idea del amor recíproco.

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